Un jinete de toros de ENMU muere a causa de lesiones de un rodeo
Por: J.T. Keith
Traducida por: Viridiana Meza
La cosa más difícil de montar toros es sostenerte ochos segundos.
Ocho segundos para tener el paseo de tu vida, para sentir lo que muchos seres humanos viven su vida tratando de sentir.
Muchos nunca llegan a saber ese sentimiento de alegría y libertad en hacer lo que aman y por lo que morirían.
Sin embargo, solamente se toma un segundo para que las cosas salgan mal.
La semana pasada, ese segundo sucedió.
Irvyng Urquijo, 20, un jinete de toros del equipo de rodeo de la Universidad del Este de Nuevo México, murió el 8 de abril el en Hospital General Roosevelt en Portales después de que fuera pisado por un toro en la Arena Lewis Cooper durante la práctica de un rodeo.
Urquijo, un graduado de Springer High School, en Springer, NM., era un estudiante de Ciencia Animal y Láctea.
El montar toros llevo a Urquijo a lugares que solamente un vaquero se puede imaginar y le dio un sentido de aspiración y de ser. Era lo que lo hacía feliz.
Ahora que ya se fue, lo que todavía queda es la alegría que dejo en sus compañeros de equipo y entrenador, y en esas vidas que toco para bien.
“La Universidad del Este de Nuevo México se entristece del trágico accidente que le quito la vida a Irvyng Urquijo,” dijo el Presidente Steven Gamble.
“Nuestros pensamientos y oraciones están con la familia de este gran joven,” dijo Gamble. “Nuestros consejeros están tratando de brindar apoyo a todos los afectados por su perdida. Toda la familia de ENMU comparte su dolor y estará allí para apoyarlos.”
Nuestro enfoque debe estar con la familia Urquijo,” dijo el Director Atlético Jeff Geiser. “Muchos de nosotros asistiremos al funeral para ofrecer nuestro apoyo. Yo estaré allí representando el departamento Atlético.”
Geiser dijo que le gustaría honrar la vida de Urquijo en el campus de Portales.
“Nos gustaría agarrar el permiso de la familia Urquijo para hacer un servicio memorial aquí en la universidad,” dijo Geiser. “No queremos hacer nada en contra de sus deseos. Queremos darle a la familia Urquijo el tiempo para penar, y hablar de estas cosas en el tiempo apropiado.”
Accidentes pasan sin ton ni son, y las cosas no siempre salen como se planean.
Algunas veces los buenos no siempre ganan, y el chico no siempre obtiene la chica al final.
Algunas veces un atleta da su mejor esfuerzo y simplemente recibe una paliza.
Nadie dijo que si siempre haces las cosas correctas, buenas cosas siempre van a pasarte, la vida no trabaja así.
“Siempre va a ver una oportunidad en cualquier deporte, o manejando un carro donde las cosas pueden salir horriblemente mal,” dijo Gamble. Vamos a revisar todo lo que hacemos para ver si hay un modo en que podamos mejorar la seguridad de nuestros atletas. No importa lo que hagamos, sin embargo, siempre va a ver esa posibilidad que algo inesperado pase, para lo que no hay manera de prepararse.”
Urquijo no es el primer atleta que muere haciendo algo que ama. El campo corto Ray Chapman de los Indios de Cleveland murió después de que le pegaran con un picheo en 1920. Las carreras de NASCAR, la leyenda Dale Earnhardt Sr. Murió en un accidente de carro durante la última vuelta de Daytona 500 en el 2001. El Flying Wallendas camino por la cuerda floja por encima de la inmensidad del vacío sin red; algunos de ellos cayeron a sus muertes, sin embargo, el hijo que quedaba, Nick, siguió caminando sin red.
La muerte de Urquijo es muy trágica, y los lamentos que se escuchan en la comunidad de la Universidad del Este de Nuevo México son reales.
Urquijo vivió su vida sentado arriba de un toro, apretando la soga entre su mano y sosteniéndose en el toro por todo lo que valía la pena. En ocho segundos vivió una vida entera.